sábado, 21 de noviembre de 2009

si (2005)


los perros que galopan por mi nuca se detuvieran por algún instante, tal vez yo pudiera dejar de fumar. Si tan solo aprendieran a caminar tal vez yo podría girar mi cabeza 180°, y si el tatuaje de mi infancia desapareciera con una pincelada de nada, quizás yo podría lograr que mis poros respiren. Pero si nada de eso ocurriera, pues ¿entonces?...

seguiré fumando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario